El calor es una poderosa herramienta para la relajación y el bienestar. El sauna infrarrojo eleva la temperatura corporal desde el interior, estimulando la eliminación de toxinas, mejorando la circulación sanguínea y promoviendo una sensación de descanso profundo. A diferencia de los saunas tradicionales, este tratamiento no genera sensación de sofocamiento, pero sí te ayuda a liberar tensión muscular y reducir la retención de líquidos, dejando tu piel y cuerpo revitalizados.
Este tratamiento no solo mejora el estado de ánimo y reduce el estrés, sino que también acelera la regeneración celular y mejora la elasticidad de la piel. Además, es ideal para mejorar la recuperación muscular después del ejercicio y potenciar la quema de calorías al elevar el metabolismo.
Te recostarás en una cabina de sauna equipada con paneles infrarrojos que emiten un calor suave y controlado. Este calor penetra profundamente en la piel, favoreciendo la sudoración intensa sin generar incomodidad, mientras activa la circulación y el metabolismo.
Si necesitas un momento de relajación profunda, este tratamiento es ideal para ti. También es perfecto si buscas desintoxicar tu cuerpo, reducir la inflamación, mejorar tu circulación o potenciar la regeneración celular después de un entrenamiento o una semana agotadora.
Bebe suficiente agua antes y después de la sesión para reponer líquidos. Después del sauna, descansa unos minutos antes de salir al frío y evita duchas con agua muy caliente para prolongar el efecto relajante.
Para brindarte la mejor experiencia, te recomendamos llegar 5 minutos antes de tu cita. Si necesitas reprogramar, avísanos con al menos 24 horas de anticipación.